viernes, 30 de marzo de 2012

Cómo es la jerarquía perruna (Lola)

He conocido a Lola, la sustituta de Porfín. Apareció a la puerta de la casa de Porfín cuando ella aún la disfrutaba y enseguida fue nombrada su vasalla. Lola tenía aproximadamente un año y llevaba encima un cargamento de parásitos, tan impresionante y tan variado, que podría haberse dedicado a su venta.

Fue testiga (a pesar de lo que diga la Real Academia Española de la Lengua…) de las numerosas escapadas de Porfín, sin llegar a seguirla, aunque aprendiendo algún truco maestro. Vivió con pena que Porfín ya no volviera y, a veces, le da por querer ir a buscarla: salta la valla y se queda pegada a la puerta.

Lola es tan buena chica que para que no escape solo tienen que colocarle una correa; una correa agarrada a nada; una correa que cuelga de su collar sin impedir físicamente saltar, pero sí psicológicamente;  una correa simbólica.

Lola no tiene mucho carácter; incluso tiene menos que yo.

A mí también me llaman, cariñosamente, “medallita de plata” porque siempre me gusta ir la 2ª. Me da igual quién vaya en 1º lugar, sea humano o cánido, le conozca o no; yo siempre la 2ª, por si acaso…

Pues creo que Lola es “medallita de bronce” porque va detrás de mí. Si Porfín era perra Alfa y yo perra Beta, me imagino que Lola será perra Beta-dine, por debajo de Beta...

Y a mí me encanta poder coger la pelota sin tener que cederla, que me preste sus juguetes sin enfadarse y que me mire con admiración… Nos hemos hecho amigas y hasta nos hemos besado.

Lola da mucho cariño a su humano y compensa los pesares que le hizo pasar Porfín. Solo tiene un problemilla: cuando él la acaricia, ella le suelta descargar eléctricas, no lo puede remediar. Hay un campo electrostático entre ellos.

Quizás Lola sea una superconductora, o una superheroína con poderes eléctricos. 
Por eso brilla tanto cuando la miras...



No hay comentarios: