viernes, 20 de abril de 2012

Cómo son las no mascotas (IV) (Gallinas)

Otros animales que no son mascotas, pero que viven como si lo fueran, son las gallinas.

A mí me encanta perseguirlas, no lo puedo remediar; me gusta ver cómo corren moviendo las alas ostentosamente mientras que cacarean escandalosamente. La cosa me pone, a pesar de la reprimenda humana que siempre viene después.... Pero cuando la gallina perseguida para de correr, yo ya no sé bien qué hay que hacer y cambio de objetivo, buscando otra que sea más activa.

A los gallos, esos que llevan cresta, tienen plumas de colores y andan como si ser el centro del gallinero equivaliera a ser el centro del universo, es mejor no perseguir, ni mirarles, hacer como que no están, esquivar su contacto. Los gallos no se andan con tonterías...

Las gallinas tienen la clave para ser de plantilla fija: digieren todo lo que se les da y lo transforman en ricos huevos que se pueden comer de muy diversas maneras. ¡Ummm! Y si ponen muchos huevos, mejor son tratadas (excepto en el caso de la gallina Tureleca, -o Turuleta, o Caponata-, que la mataban de hambre y tenía las patas de alambre a pesar de ser buena ponedora).

Que una gallina sea apreciada como buena ponedora le da muchos boletos para tener un contrato fijo, para permanecer en plantilla, pero eso no impide que sea despedida fulminantemente y sin contemplaciones cuando su rentabilidad decaiga debido a la edad, algún accidente o enfermedad.

Nunca pensé que las gallinas y los humanos llegaran a  parecerse tanto...

2 comentarios:

SFQ dijo...

No creas...a mi me han contado que a veces las gallinas se convierten en mascotas. Mi tío humano tenía una a la que llamaba Patricia
Al parecer era su compañera de juegos...le daba bocadillo, le tocaba la guitarra y hasta le tenía reservado un lugar en el sofà (y sin tener que poner cara de pena, QUe suerte tienen algunas!
Algún humano mal intencionado propuso en una ocasión hacer un caldo con la pobre Patricia...pero mi tío humano nunca se lo permitió.
Sara

Sura Hermosura dijo...

Gracias por tu aportación Sara. Esa gallina Patricia disfrutaba de unas condiciones inmejorables con un contrato blindado. Va a haber que hacerle un especial en el blog...